El posromanticismo es un movimiento que nace después y a partir del Romanticismo, abarca la segunda mitad del siglo XIX. Su máximo esplendor tuvo lugar en Francia, donde dio lugar al Parnasianismo y el Simbolismo en literatura.
Los escritores y artistas se rebelan contra los privilegios de los burgueses y nace su espíritu inconformista en busca de libertad. Se sienten rechazados por los valores de la sociedad y la inmensa mayoría recaen, en su deseo de evadirse de la realidad y de su angustiada vida, en vicios como el alcohol y las drogas. Se aferraban a la aventura, la soledad y a veces al odio de su propia existencia, motivo por el que algunos cayeron en la locura.
La poesía, al contrario que la novela y el teatro, continúa siendo romántica, mantiene más o menos la forma que tenía en el Romanticismo. En esta época, la forma de la poesía pierde interés para centrar su atención a los sentimientos que quiere expresar el poeta. Lo narrativo decae en favor de lo lírico. La poesía toma un tono más personal e intimista. Se reduce la retórica y se aumenta el lirismo, con el amor y la pasión por el mundo por lo bello como temas principales. Se buscan nuevas formas métricas y nuevos ritmos. La homogeneidad de la que gozaba el Romanticismo se transforma en pluralidad en las ideas poéticas.
Como se puede observar, la poesía posromántica representa la transición entre el Romanticismo y el Realismo.
En España los poetas posrománticos más representativos son: Gustavo Adolfo Bécquer, Rosalía de Castro, Augusto Ferrán, Luis Antonio Ramírez Martínez y Güertero y José Campo-Arana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario